El tiempo se cuela entre mis ojos
Tal como lo hace el viento en mi cabello suelto…
Mas aun nadie aparece por esa puerta de recuerdos.
Me desarmo con el sonido del segundero,
y las marcas de los años dejan surcos cerca de mi sonrisa
Recorro sonámbula los recovecos de mi infancia,
de mi madurez escasa y de una que otra sonrisa fingida a esta oscuridad…
Vacío que, así como el tiempo, se ha logrado fusionar con alguna parte de lo que soñé ser, pero que nunca fui…
El reloj y el calendario avanzaban y yo sin tener valor ni coraje
Y salir de ese cuarto oscuro,
me mantuve escondida, mirando el mundo desde adentro
viendo el amor florecer…o morir
Y el reloj sin piedad me daba frías punzadas para hacerme despertar,
¡cuánto tiempo perdido!
¡cuantos sueños que volaron!
¡cuántas lágrimas reprimidas!...cuántos besos que no di
Cuántos abrazos en lo que no me perdí…
Pues aquel armario era mi escudo, pero también mi ataúd.
Ay! Tiempo que pasa, cuando debiera quedarse en un pequeño “por siempre”
Ya que el temor me envolvía,
Pero “algo desconocido” me llamaba…
Invitándome a ser parte de su mundo de suspiros
Evocando mi nombre a emociones sin tiempo,
a sensaciones deseadas, pero temidas,
a lugares recónditos que sólo “una de las nuestras” es capaz de comprender.
Hoy…luego de una oscuridad prolongada,
Luego de que la tormenta se ha ido de mi mirada,
Luego de que mi sonrisa ya no fue más fingida,
Luego que decidí amar según yo siento, y NO según los otros me indican
Siento ser yo…la mujer…y la vida.